Por Diego Díaz Martín, PhD.
Dentimex, de origen español, es un claro ejemplo de lo que ninguna empresa deben hacer con sus clientes: cerrar sus puertas sin explicación, engañarlos diciéndoles que reabrirán, y seguir cobrándoles a través de un acreedor por un servicio que no prestan. Por ello, siempre será un gran referente en irresponsabilidad social empresarial.
Como profesor y experto en RSE, pero especialmente como ex cliente de esta corporación, comparto esta opinión profesional para ilustrar cómo algunas empresas incurren en prácticas inapropiadas.
Lamentablemente, a partir del inicio de la pandemia de Covid-19, Dentimex no solo dejó de atender y responder a sus clientes, sino que además, recurrió a prácticas inapropiadas de trato con sus principales grupos de interés. Por ejemplo, transmitiendo informaciones incorrectas y promesas de continuación de tratamientos, mientras cerraban y desmantelaban sus 39 establecimientos en México.
La situación se agravó con miles de tratamientos sin concluir, continuos intentos de una entidad bancaria de cobro a pacientes por un servicio no recibido, y la calificación negativa en el Buró de Crédito de los afectados.
Mientras todo esto ocurría en la nación azteca, la filial internacional Dentix se refugió en su insolvencia económica, cerrando sus operaciones fuera de España, aunque en la península Ibérica sí reabrió sus instalaciones, pues conoce bien las consecuencias por incumplimiento de servicio en Europa.
Desafortunadamente, en México las autoridades no han dado respaldo ni protección que los ciudadanos merecen, pues el banco involucrado trata de cobrar una deuda que seguramente tiene cubierta con las garantías usuales de este tipo de acuerdos.
Con leyes similares a las europeas, se demandaría a empresa y acreedores, solicitando indemnización por daños y perjuicios causados por incumplimiento de obligaciones, especialmente por tratamientos inconclusos y complicaciones a la salud que ello podría generar.
En el ejercicio de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), el compromiso y la confianza son elementos fundamentales de las corporaciones modernas, no solo con sus empleados y sus familias, sino muy especialmente hacia sus clientes y la sociedad en general, bases fundamentales del capital social y la calidad de vida.
Como cultura empresarial esparcida por todo el planeta, las empresas buscan a través de la RSE mayor competitividad y sostenibilidad, lo cual no solo contribuiría a mantener e incrementar su productividad, sino que favorecería su posicionamiento en el mercado como una empresa íntegra, confiable y transparente. Al traicionar la confianza de sus clientes y proveedores, se logra todo lo contrario.
La RSE se sustenta en compromisos, deberes y derechos, tanto éticos como jurídicos, con un alto sentido de servicio e integridad hacia los clientes que confiaron en su promesa de servicio y calidad. Lamentablemente Dentix y Dentimex le quedaron mal a México y a los miles de pacientes que perdieron su tiempo y dinero.
En mis clases, siempre usaré a Dentimex como un gran ejemplo de lo que es la irresponsabilidad social empresarial, pues se aprende de las buenas experiencias, tanto como de las malas.