El Arco de Triunfo de París es uno de esos lugares que, aunque lo hayas visto en mil fotos, te deja sin aliento al encontrarte frente a él. Este monumento tiene una presencia que parece inamovible en el tiempo, cargado de historia y detalles que a menudo pasan desapercibidos.
Lo primero que llama la atención es su tamaño imponente: con 50 metros de alto y 45 de ancho, es lo suficientemente grande como para dejar pasar un desfile completo por debajo. Está inspirado en los arcos romanos, pero con dimensiones impresionantes. Es el segundo más grande del mundo, sólo superado por el Arco de Triunfo de Pyongyang (Corea del Norte) con 60 metros de alto.
Napoleón Bonaparte ordenó su construcción en 1806 aunque no vivió para verlo terminado; de hecho, pasaron treinta años hasta que se completó. Su propósito era conmemorar su victoria en la batalla de Austerlitz y como un tributo a los triunfos del ejército francés durante la Revolución y el Imperio, honrando a los soldados franceses y simbolizando la grandeza militar de Francia. Con este monumento prometía a sus tropas que "volverían a casa bajo arcos triunfales", lo que refleja su deseo de glorificar sus logros militares y fomentar un sentido de orgullo nacional.
Este Arco de Triunfo cuenta con cuatro grandes esculturas en sus pilares, cada uno con un significado histórico importante. Una de las más famosas es efectivamente "La Marsellesa", también conocida como "La partida de los voluntarios de 1792". Esta escultura, creada por François Rude, representa el espíritu revolucionario y patriótico de Francia. Muestra a una figura alegórica femenina alada (representando la Victoria) que lidera a un grupo de ciudadanos-soldados a la batalla, simbolizando el llamado a las armas para defender la nación durante la Revolución Francesa.
Otra de las esculturas representa el "Triunfo de 1810", obra que conmemora el Tratado de Viena. Muestra a Napoleón siendo coronado por la Victoria, mientras la Historia registra sus logros. Las otras representaciones resumen "La Resistencia de 1814", que muestra la defensa de Francia contra las fuerzas invasoras durante las Guerras Napoleónicas, y "La Paz de 1815", que simboliza el fin de las guerras napoleónicas y el retorno a la paz.
En sus muros están inscritos los nombres de 660 generales y batallas ganadas por Francia, creando un testimonio de la historia militar del país. Pero hay un detalle que muchos visitantes pasan por alto: si el nombre de un general está subrayado, significa que murió en combate y sirve como un homenaje silencioso a aquellos que se sacrificaron por su país; 128 de estos nombres están grabados en las columnas interiores del arco, representando a los generales del Primer Imperio Francés. De estos, 96 están en la cara exterior, visible para todos, mientras que 32 están en la cara interior.
Algo curioso que pocos saben es que los rostros de los soldados esculpidos en los relieves del Arco no son ficticios. En realidad, el escultor utilizó como modelos a los propios obreros que trabajaban en la construcción del monumento. ¡Imagina que seas uno de esos obreros y tu cara quede inmortalizadas en esta obra maestra!
Un aspecto que muchos desconocen es que, en su interior, hay una pequeña sala dedicada a exhibiciones sobre la historia del monumento y sobre sus relevos tallados. Además, cuenta con una terraza para la que tendrás que subir 284 escalones, aunque también hay un ascensor, pero ¿dónde está la diversión en eso?. ¡Para mi, el esfuerzo y la sensación de encierro valió cada paso! Desde arriba, puedes ver las 12 avenidas que convergen en la Plaza de la Estrella, formando una perfecta estrella. Es como ver un mapa 3D de la ciudad.
Otro detalle interesante es que su estructura está diseñada para que, desde los Campos Elíseos, el Arco de Triunfo enmarque perfectamente el eje de la ciudad, dirigiendo la vista hacia el Gran Arco de la Défense al fondo.
En la base del arco se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido, un homenaje a los militares caídos en la Primera Guerra Mundial, cuya llama eterna se enciende cada noche desde 1923, convirtiéndolo en un sitio de profundo simbolismo y respeto. La tumba contiene los restos de un soldado no identificado que representa a todos los soldados franceses, y constituye un punto focal para ceremonias y desfiles conmemorativos nacionales.
Algo que me pareció súper curioso es que el Arco de Triunfo ha sido testigo de algunos eventos bastante inusuales. En 1919, un piloto llamado Charles Godefroy logró volar su avión a través del arco. ¡Imagina la habilidad que eso requirió! También me enteré de que el cuerpo del famoso escritor Víctor Hugo fue velado durante una noche entera bajo el Arco antes de su entierro.
Un detalle interesante es que en 2021, el Arco de Triunfo fue completamente envuelto en tela como parte de un proyecto artístico realizado por Christo y Jeanne-Claude, como una forma de celebrar el arte y la creatividad francesa. y desafiar la percepción habitual de los monumentos y espacios públicos, invitando a los parisinos y sus visitantes a experimentar el Arco de una manera diferente. Imagina este enorme monumento cubierto por 25,000 metros cuadrados de tela plateada-azulada. ¡Debió ser un gran espectáculo!
A pesar de su magnificencia e importancia, el Arco de Triunfo de París estuvo en riesgo de no ser concluido. En 1814, el arquitecto Bernard Poyet propuso acabar con los pilares existentes, pues al ser originalmente propuesto por Napoleón, aparentemente no era del agrado de los monarcas. Sin embargo, el rey Luis XVIII se negó a esta propuesta de demolición, y luego de varios años, decretó que se terminara, salvando así el monumento de su destrucción. Fue inaugurado el 29 de julio de 1836.
Para terminar, te comparto un dato que sorprende a muchos: bajo el Arco de Triunfo pasa una carretera. Aunque el tráfico ya no circula directamente debajo, las doce avenidas que lo rodean lo convierten en una de las rotondas más transitadas de París. En vez de cruzar las avenidas, hay un paso subterráneo que lleva a los visitantes desde los Champs-Élysées hasta la base del arco. Cada detalle, desde la construcción de este túnel hasta el relieve en cada piedra, es una muestra del esfuerzo y dedicación detrás de este monumento, que es más que un símbolo.
El Arco de Triunfo es mucho más que una simple atracción turística. Es un libro de historia de París y de Francia, un mirador excepcional y un testimonio de la creatividad humana.
Si alguna vez visitas París, te recomiendo que le dediques más que una simple foto. No dejes de hacer los tours que yo tomé que me hicieron vivir la experiencia aún mejor (algunos son gratis), enamórate de la ciudad de la luz y déjate cautivar por los encantadores rincones de la capital francesa.